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viernes, 6 de mayo de 2016

Críticas: El otro lado de la puerta

2/10
The Other Side of the Door (Reino Unido, 2015)
Dirección: Johannes Roberts.
Intérpretes: Sarah Wayne Callies, Jeremy Sisto, Javier Botet, Sofia Rosinsky, Jax Malcolm, Logan Creran.
Guión: Johannes Roberts y Ernest Riera.
Música original: Joseph Bishara.
Fotografía: Maxime Alexandre.
Montaje: Baxter.
Idioma: Inglés.
Duración: 96 minutos.


Cementerio cinematográfico

Por David Sancho

El cine de terror es uno de los géneros más rentables de los últimos años. Películas hechas con cuatro duros que recaudan cientos de millones. Y la industria cinematográfica, que no es tonta,  inunda la cartelera con películas que son la copia de una copia de algo que funcionó hace unos años y así van haciendo la misma película cien veces hasta que la gente se cansa y pasan a lo que sea que esté de moda en ese momento. El otro lado de la puerta sigue este patrón.

Trata de una familia que vive en la India y que ha perdido a uno de sus hijos en un accidente de tráfico. La madre, para cerrar la herida, decide ponerse en contacto con el espíritu de su hijo, abriendo la puerta que une el mundo de los vivos con el de los muertos. A partir de ese momento, terroríficas cosas sucederán.

Excepto por pequeños detalles, este argumento es intercambiable con otras tanta películas de terror. Una vez que tenemos el esqueleto de la película, solo nos queda que añadirle imágenes terroríficas y un buen puñado de sustos y listo, ya tenemos un producto susceptible de ser un éxito.

No voy a negar que hay películas de terror que incluso siguiendo estos patrones consiguen ser más que dignas, pero este no es el caso. Cualquiera que haya visto unas pocas películas de terror puede predecir cada uno de los sustos que están por llegar y hasta como va a acabar la película.

Su reparto está al nivel de la película. Jeremy Sisto está mal, pero si lo comparamos con Sarah Wayne Callies, está de Oscar. El cine de terror actual es casi un cementerio de actores en horas bajas. Quien no consigue una serie en condiciones o entrar en el circuito del cine independiente o ser meramente secundarios en películas de las que consiguen llegar a las salas, parece tener dos opciones: telefilmes o cine de terror.


El otro lado de la puerta es un ejemplo claro de sobreexplotación de un género. Una película hecha con desgana, sin riesgo y con una ausencia absoluta de personalidad.


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