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domingo, 8 de noviembre de 2020

Crónicas: Seminci 2020 (IV)

 Por Paulo Campos


El viernes cerró las proyecciones en el Calderón la eslovaca Servants de Iván Ostrochovsky, otra maravillosa foto en blanco y negro (no sé si esta convenció más a Pumares) para tratar a modo de película de terror (y qué terror) el conflicto que se vivió dentro de la Iglesia Católica en la Checoslovaquia de finales de los 70, cuando la facción de la curia que apoyaba al gobierno comunista se enfrentaba a los que no admitían la inclusión gubernamental en sus decisiones y enseñanzas. Un conflicto político que incluye asesinato, represión, delación, … Una muy buena película para cerrar los visionados, que es sin duda una de las grandes europeas del año; y por segundo año una película eslovaca me deja las mejores sensaciones del certamen (el pasado año Let there be light me pareció de largo la mejor película que se pasó en la Seminci junto con Honeyland, claro). He visto en mi vida dos película eslovacas, voy a tener que ponerme en serio con ese país. La última peli a competición era la china The cloud in her room de Zheng Lu Xinyuan; y vale que es verdad que ya llegas un poco exhausto a su visionado, pero es que no entendí absolutamente nada. Me confundía los personajes y no sabía qué coño me querían contar y la verdad me resulta muy incómodo. Es como ver un programa de Iker Jiménez, que tú ves que el tío habla muy seguro de cosas muy serias ,y tú no puedes evitar verlo con un gorrito con una hélice y nariz de payaso. Pues eso, una muchacha que tuvo un novio que era regular, un tipo que coincide con ella en el colegio de la hermana y que ve reflejado en él a ese chico (esto lo deduje porque los dos tenían pelo largo y coleta siendo los dos únicos chinos del mundo que la tienen), el padre que vive con su nueva mujer, la madre borracha, y plano de pelo de coño para que veamos lo moderna que es la directora. Pues vale.

Para terminar la sección oficial, una más amable, la francesa llamada a ser la “comedia francesa del año” Un triomphe de Emmanuel Courcol, que ya vi en Toronto y hablo de ella en esta web gloriosa. Un buen final, al menos amable, para la sección.

Pero no sólo de sección oficial vive Valladolid, y yo aprovecho para recuperar alguna película española en la sección Spanish cinema, donde me vi La boda de Rosa (tan simpática como poquita cosa, pese a ser una de las mejores de una mal año para el cine español), Cartas mojadas, el documental de Paula Palacios, sobre aquellos que pierden la vida en el mar huyendo de la guerra, tan necesario como demasiado explícito, o Sentimental, la comedia mala baba de Cesc Gay que se convirtió en mi momento de desconexión del festival por sus toque de humor. Los documentales de la sección Doc. España ya eran demasiado, y a pesar de tener muy buena pinta, no me daba la vida festivalera.

La sección que sí vi fue la de Punto de Encuentro, que no deja de ser una ampliación de la oficial pero sin el lustre de aquella, porque no hay diferencias entre las intenciones de las películas, las procedencias o las calidades. Así, se incluían las películas que ya había visto. La iraní, que no me había tocado demasiado la patata 180º rule. O, como la definí en mi crítica de Toronto, la Erin Brokovich china: The best is yet to come. De ambas podéis leer mis opiniones en las sección del festival canadiense. Las otras películas fueron la argentina Piedra Sola, que presenta un documental sobre la vida en la Puna argentina. Curiosamente, me funciona más como ficción que como documental, porque está todo demasiado diseñado para que la vea del todo natural. Pero sin embargo como ficción me gusta, así que aclárese señor Alejandro Telémaco Tarraf y defina como falso documental su película. La nigeriana Eyimofe de Arie Esiri y Chuko Esiri (mola llamarse Chuko, fijo), venida de ese Nollywood que es uno de los lugares donde más cine se produce y que nos presenta una doble historia (tituladas España e Italia, por ser a donde quieren emigrar los protagonistas) sobre cómo se sobreviven en Lagos y de cómo el dinero maneja las vidas de las personas. Una buena película, que gustó mucho al público que le dio su premio final. También en esta sección Mogul Mowgli de Bassam Tariq, sobre un rapero inglés de origen pakistaní que cae enfermo de gravedad, y sus avances en recuperarse se mezclan con las tradiciones familiares y ensoñaciones, al tiempo que ve frustrado su futuro en la música. Lo mejor, un Riz Ahmed que guioniza e interpreta, confirmándose como una de las joyas británicas del momento. Si hubiera pasta promocionaría su candidatura como mejor actor a todos los premios habidos y por haber, porque no tendrá que envidiar nada a los que finalmente sí consigan esa plazas. Wisdom tooth de Liang Ming, es una acertada película sobre dos hermanos en una atemporal China, donde los problemas laborales acucian y la protagonista tiene que lidiar con ello, por su falta de papeles laborales y problemas sociales con la nueva novia de su hermano,. Un collage lejos de resultar redondo pero suficientemente estimulante para recomendarlo. Dos películas de esta sección me las perdí. Son Mainstream de Gia Coppola, que vamos, no creo que me fuera a encantar. Y la curiosa Eeb Allay Ooo!, que sí me dio rabia perderme, porque la premisa no puede ser más marciana. Se trata de una película india sobre un joven que se dedica laboralmente a ser espantador de monos, algo así como aquí ser realizador de Sálvame.

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