Por Paulo Campos
Lunes del Festival. Amanece menos caluroso que en jornadas anteriores, lo cual no sabéis bien lo que se agradece, porque hacer colas con 28 grados y una humedad parecida a la que hay en la sauna de la piscina municipal, es un poco deporte de riesgo. Es desde esta fecha cuando se empieza a notar la deserción paulatina de muchos festivaleros, pese a que en la jornada de hoy se pasa película italiana y esto aquí es sagrado. Os cuento también que ayer estuvo por aquí Nate Parker presentando su película. ¡Ah! Y Spike Lee con él. Y después de las críticas de mierda que ha tenido, lo siento por no poder verla. Sigo trabajando en el don de la ubicuidad, pero de momento sin resultados. Lo más importante que ha dicho es que se disculpaba por la reacción que tuvo hace un par de veranos cuando de ganador absoluto de todos los premios paso a ser el violador que había provocado el suicidio de la mujer agredida, y va y se excusa diciendo que “como soy padre de familia ya he cambiado, soy padre de chicas, tengo mujer y madre, bla bla bla”. Vamos, que hizo el hueco de su tumba cinematográfica aún más grande. Ahora se presenta como representante de la comunidad negra, pero no sé yo si habrá redención posible. Desde luego con esta American Skin no lo va a conseguir, porque dudo que la venda a alguien. Pero como viene siendo habitual, voy a parafrasear al gran filósofo Homer Simpson para decir “vives en el pasado, Marge”; y lo importante es que hoy estará en el Lido Timothée Chalamet, que estoy seguro que aportará entrevistas interesantísimas, saber estar y sobriedad (modo ironía off). Vamos, que se paseará por la alfombra roja con el colocón habitual, a ver si en su peli al menos convence.
