Crónicas: San Sebastián 2021 (III). Las "feminazis"

 Por Manuel Barrero Iglesias

Si no fuera tan triste, sería divertido. Debo reconocer cierta satisfacción contemplando las pataletas infantiles de esos señores rancios quejándose del cine hecho por mujeres y que habla de su situación en el mundo. Pataletas elevadas al infinito cuando se dio a conocer un palmarés repleto de féminas en sus premios principales. Como si los palmareses de los festivales no hubieran estado copados durante años por películas mediocres dirigidas por hombres. Como si las coincidencias temáticas no fueran algo habitual en las obras cinematográficas que coinciden en el tiempo. Vivimos una época en la que las mujeres no paran de hablar y de pensar sobre su situación en un mundo patriarcal. Pues claro que hablan sobre ello. Mejor o peor, que eso ya lo valoraremos a continuación. Pero lo normal es  que se hable. Y los de siempre, llorando. Allá ellos.

Como casi cualquier año, la Concha de Oro fue muy discutida por una amplia mayoría. La ópera prima de Alina Grigore no gustó demasiado a la audiencia, aunque quien esto escribe se encuentra entre los pocos que defienden los valores cinematográficos de una más que decente ganadora del premio mayor (solo se me ocurren un par de películas más meritorias en toda la sección oficial). El discurso de Crai Nou se caracteriza por una complejidad que evita la simplificación de los conflictos que vive la protagonista. Muy significativa es la manera en la que afronta esa violación que no considera como tal. De igual manera, está lleno de aristas ese proceso de liberación que trata de llevar a cabo en un entorno asfixiante y del que no es tan fácil librarse. En este sentido, resulta muy coherente la forma de filmar, dando esa sensación de angustia perenne en la que vive la joven.

La otra película que triunfó en el palmarés fue Du som er i himlen, también debut de a danesa Tea Lindeburg. Otra película que habla directamente de la situación de la mujer, aunque esta vez en el pasado. Pero ya sabemos que desde el retrato de tiempos pretéritos también se puede hablar del presente, o cuanto menos, explicarlo. El film, que consiguió los premios a la mejor dirección y la mejor actriz, llama la atención en su cuidado aspecto visual. Tanto, que a veces parece querer emular a Malick (ese inicio, por favor). No son esos sus mejores momentos, desde luego, pero sí que atesora este trabajo otros valores signficativos en su retrato del peso que ostentan la religión y el patriarcado en aquella sociedad. 

Sin premio en el palmarés, pero cabreando a mucho señores, nos encontramos con Camila saldrá esta noche, de la argentina Inés Barrionuevo. Una película que confronta directamente a esos que usan (y en serio) términos como "feminazi". Lo mejor del film viene de la mano de ese retrato de unos adolescentes que no encajan con lo que se espera de la gran mayoría. La naturalidad de sus intérpretes y muchas de las situaciones, contrastan sin embargo con momentos a los que se le ven demasiado las costuras. Hay un excesivo afán didáctico en esa lucha de la feminista contra el mundo, que hace demasiado obvia la denuncia en determinadas ocasiones. Hubiera sido de agradecer más libertad y menos guion cerrado para que la película consiguiera volar algo más alto.