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jueves, 29 de agosto de 2019

Crónicas: Venecia 2019 (I)


Por Paulo Campos


Un año ha pasado desde que tuve el privilegio de cubrir por primera vez en mi vida un Festival de cine. Y lo hacía, cómo no, para la página a la que le debo todo en mi mundillo de escritor sobre cosicas de cine que me importan. Como la experiencia me moló, pues voy y repito. Ahora me paseo por el Lido como uno de los críticos estrella de nuestro país, con la única diferencia que yo veo las películas antes de escribir sobre ellas, bueno... y no me duermo a los cinco minutos sea como sea,...¡ah! Claro y no me salgo del cine si no me gustan los primeros tres segundos,... y claro, como no le debo nada a nadie, pues puedo hablar como me sale de la punta del rabo y sobre quién me da a mí la gana... excepto eso igual, igual igual.

Cumple Venecia 76 añazos y lo hace en plena forma. Lo que parecía ser un contenedor de los desechos de Cannes se ha convertido en el refugio de Netflix, que como es la que tiene la pasta, es la que produce lo más interesante del panorama cinematográfico del año. Aquí no rechazan poner a concurso pelis de mayors norteamericanas como la esperadísima Joker, se están convirtiendo, además en unos iniciadores de la carrera por el Óscar y además el sitio es lo que más mola del mundo y si no me creéis pues como seguidme en twitter que veréis todas las curiosidades de un Festival tan grande.

Por supuesto que como cualquier cosa que se precie hoy en día de merecer atención, nace el festival con polémica. Esta vez por la irrisoria y lamentable presencia femenina como directoras, apenas dos mujeres se pasean por el campo de nabos que es la sección oficial. Luego está como presidenta del Jurado Lucrecia Martel que ha empezado a hablar y ha dicho que no piensa ir al pase de gala de la peli de Polanski en solidaridad con la víctima de violación de éste en 1977. La coña será como tenga que darle el León de Oro en la gala final, me parece que harto improbable.

Doce días en los que veremos a estrellas como Catherine Deneuve, Juliette Binoche, Brad Pitt, Scarlett Johansson, Adam Driver, Joaquin Phoenix, Johnny Depp -si es que sigue vivo para dentro de una semana- y Sorogoyen, que no sé si está a la altura de los anteriores pero su ego fijo que sí. Hablaré de las películas de sección oficial y las de Orizzonti, que son las que no me voy a perder. Y luego, si hay tiempo, pues me colaré en algunas, porque estrena también aquí Nate Parker, ¿os acordáis del que iba a ganar 15 Oscars con The Birth of a Nation? Hasta que saltó su historia pasada sobre violaciones universitarias, víctima muerta por suicidio, juicios escolares,... y se quedó sin nominación ni a los Image Awards. Pues el querido Nate Parker, Rape Parker para los amigos, vuelve y con una peli en la que pilla rehenes en una comisaría. No sé si es autobiográfica. En, fin que la cosa está que arde, y no sólo meteorológicamente hablando.


La verité (Hirokazu Koreeda. Francia-Japón, 2019)
Sección Oficial

La aventura francesa de Koreeda inicia el Festival de Venecia, se trata de la primera vez que el cineasta nipón se aventura más allá de su isla para hacer cine, marcándose un Farhadi. No puede rodearse mejor, porque Catherine Deneuve y Juliette Binoche ya son bastante reclamo para que el film se venda sólo. Una vez visto cabe destacar: ¿A que muchos os habéis imaginado esa trama de una actriz veterana (Deneuve) y su hija (Binoche) que se reúnen para celebrar la edición de un libro de memorias de la primera, de esa visita resurgirán heridas abiertas de un pasado algo oscuro? Pues eso que os habéis imaginado es tal cual la película, sin sorpresa alguna. Otra idea que rondó a la salida de la proyección fue que si Koreeda quería marcarse un Assayas, por qué no dirige la película Assayas, ¿o es que ya lo ha hecho antes? Y finalmente, ¿será capaz un japonés de imprimir ese carácter mediterráneo visceral y abierto a las actrices de su película? La respuesta es no, pero es que ni lo intenta. Pasa un tamiz zen a esos arrebatos que tendrían las protas en una película verdaderamente europea que le resulta muy aprovechable. Pues ahora viene lo bueno, como un crítico profesional (ja), ¿a que ahora no sabéis si la peli me gustó o no? Pues ale, ya soy uno más. Pero claro, no sería yo y diré que sí, que me ha gustado, que el director demuestra la universalidad del lenguaje cinematográfico y que no da un paso en falso a pesar del riesgo que corría con esta propuesta. ¿Es su mejor película? NO ¿Es su peor película? Tampoco. Y no lo es porque la Deneuve se come la pantalla, rocía de humor al personaje, Binoche refleja esa verdad que busca el título y el cine dentro del cine sirve, una vez más para explicar sentimientos que se esconden bajo capas de divismo francés.

Pelikanblut (Katrin Gebbe. Alemania-Bulgaria, 2019)
Orizzonti

Si una francesa nipona inauguraba la sección oficial, una película alemana lo hacía con la segunda en importancia, Orizzonti. Nina Hass es el reclamo de esta película que después de verla espero que no marque la tendencia en la sección. Una historia costumbrista que pasa del terror, al esoterismo y del drama familiar al telefilmazo de amor de las tres de la tarde porque a la directora le da la gana y se queda tan ancha. Vamos, un despropósito que en otras circunstancias hasta podría resultar digno de una noche de Sitges, pero que no sólo lo roza sino que pasa la línea de lo ridículo, sobre todo en su mensaje absurdo y estúpido final. Para qué recurrir a la ciencia cuando tienes a una chamana de pacotilla al alcance de la mano. Lo único destacable es la presencia de Hass que la verdad es que lo da todo por un personaje sin pies ni cabeza cuyas decisiones hacen que quieras que le vaya todo mal. En fin, que no escribo más por si alguien tienen la mala idea de ir a verla.


Les épouvantails (Nouri Bouzid. Tunez-Marruecos-Luxemburgo, 2019)
Sconfini

En la sección Sconfini se pasó la última película de este director tunecino, reconocido mínimamente por Making of del 2006. Nos presenta una historia atrayente sobre las secuelas psicológicas que arrastran unas mujeres que fueron secuestradas primero por sus maridos y luego vendidas al ISIS en la vecina Syria. La intención es buena pero el estar rodada de una forma tan casera, tantísimo primer plano acaba agotando y con muy poquitos medios hace que se agote enseguida y deje de interesar. Tampoco es que ayuden unos flashbacks que para no ofrecer nada relevante, para qué coño los metes, Bouzid de mi alma. En fin, que poco más que decir de una peli demasiado pequeñita incluso para una sección terciaria.

Esto, y el pase de la segunda peli a competición The Perfect Candidate de una de las dos directoras a concurso, Haifaa Al Mansour, pero que cuando escribo esto aún está el veto vigente, es lo que ha dado esta calurosa primer jornada de Venecia 76.

Recordad que estoy a vuestra disposición, para dudas, sugerencias o insultos en @opaulocampos. Bicos  

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